sábado, junio 6
Difuminada Esperanza
No te doy mi corazón; te doy mi alma para que la guardes y la lleves siempre a tu lado. Aunque la rechaces, ella estará por siempre contigo cuando la busques, cuando más la necesites; como una pequeña linterna. Y aunque ignores esa pequeña llama que trata de seguirte en la penumbra, tu por lo menos estarás siempre conmigo alumbrándome en las penas y alegrándome en los recuerdos de nostalgia pasajera. Aunque tú no lo sepas, serás mi guía y resplandor. Continuaré a pesar de infranqueables obstáculos, gracias a ti… es que aunque lejos, estas siempre conmigo.
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