Y no es que odie el amor. Es solo que lo he evadido tanto tiempo que ya me duele demasiado el intentarlo una vez mas… es verdad que lo desconozco. Desconozco mis propios sentimientos, no puedo relacionarme con las demás personas, soy un extraño, fugitivo de mis propias pasiones.
La cercanía de otra persona a mi herido ser, provoca en mí el temor más grande; no es el sutil toque de una mano o la dulce y bien intencionada caricia la que me aterra… es algo más… me siento totalmente ajeno, como un animal que espera lo peor de cualquier descuido.
Puede que veas mi verdadero y lacerado corazón, más allá de esta mascarada que es mi persona, soy transparente como el cristal en esas situaciones, sin embargo intentare de cualquier forma ser fuerte y jamás mostrar mi debilidad, o esa ternura y amabilidad.
Quizás un corazón roto pueda sanar con el tiempo; Pero, ¿Que hay de un alma rota? ¿Acaso podrá sanar un espíritu roto?. En verdad les digo que un alma es mas complicada que un cubo rubick, eso esta bien claro. [...]
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