jueves, octubre 29
The sorrow is painted in cyan.
Enclaustrado por una garra helada yazco empotrado en mi cama mientras se me esfuma el aliento a cada bocanada de vida que intento sorber... se repite, pues es así como otro día se me escapó de las manos. Cierro los ojos para engañarme, para hacer mi estancia en la vida mas llevadera y tolerar la realidad: intento pensar que es de noche a cada instante pues, así el silencio de la madrugada cubre mis recuerdos, mis dolores y mis penas mas grandes en un velo de profundidad dantesca.
El sufrimiento es frío; el sufrimiento es eléctrico; el sufrimiento es como duro metal; el sufrimiento es pesado.
En mi abatimiento compongo un arrullo, un canto a mis pesares, una canción de cuna para apaciguarlos. Me golpean las imágenes del pasado: instantes de recuerdos, reflexiones... mas bien proyecciones del ayer me invaden y quieren abrirse paso por mi piel como nonatas experiencias, para así liberarme de tanta angustia y ansiedad.
Creo yo, que he estado a punto de cruzarla... ha faltado un solo empujon para llegar al camino del no retorno - de cruzar la linea que me separa de un liciado social, de los que las personas consideran como la peor inmundicie o piltrafa humana. He sentido que me vuelvo loco y que nadie parara al demonio cuando se desncadene de mis palabras romanticas. ¡Carajo! ¡me da miedo que eso pase y mi lucha se vea opacada por el jodido bufón kheliopodo acefalo! ¡primero muerto antes que encadenado al deseo!
El pesar es color cían.
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