My only question

Nothing last forever. Not the diamonds, not even stars. Could our feelings and memories last... even after life?

sábado, junio 21

Milk.

Leche.



Muévete mas despacio para que así pueda ver cuando te vallas
Tal y como lo dijiste que lo harías - Pero no quise jamás saber.

¿Y si escuchas lo que te digo, en vez de esperar a que diga lo que tu quieres oír de mi?
Sabes que podría desperdiciar más que mi tiempo - Pero ¿Sabes? Eso no es justo.

No es como si alguien no pudiese decir lo que has dicho.
Es solo que así suena mucho mejor - Viniendo de ti para mi.

Hablar no me dará las cosas.
Lloro la perdida hasta quedarme dormida.


Yo quería esperar todo el día por ti.
Esperar más de lo que nadie podría imaginar.

¿Y si me quedo realmente quieta?
Tal vez, solo así tu me notes
Sin embargo ya es muy tarde.

Hablar no me dará las cosas.
Lloro la perdida hasta quedarme dormida.



jueves, junio 5

Procella Doloris.

Hay veces, en las que no nos queda otra opción. Solo cuando probamos el sabor del dolor, el vaho de la rabia, la esencia de la ira y frustración, solo en ese momento comprendemos que no somos mas que animales luchando por no morir a manos de otro, día con día. A veces para luchar contra los monstruos que nos abruman, no queda otra salida que volvernos monstruos aun mas temibles que los que nos acosan. La debilidad siempre es aplastada. La sociedad recompensa a la violencia, la "competitividad" y no tolera las flaquezas; se recompensa a aquel que puede tolerar mas dolor; se apremia a aquel que puede infringir mas dominio, mas poder, potencia... dolor sobre los demás.

Todos somos animales, viles e inconscientes; tan despreciables como la piara de cerdos revolcándose en la inmundicia. Tan lamentables como las vacas resignadas a su destino en el matadero; Tan deplorables como la rata que vive y se multiplica sin razón o consecuencia. Tan sórdidos, como la cucaracha que sobrevive ante todo, haciendo lo que sea necesario para existir. Tan similar a la mosca que devora la mierda para entonces, renacer en la muerte y la putrefacción del cadáver, cual sórdida abeja. Cual mórbida flor.

Por coger, por apoderarse del otro, somos capaces de llevarnos a la extinción. No se trata de reproducirse, se trata de dominar al otro, de humillarlo hasta hacerle saber que tu eres aquel que manda por encima de él: que lo desprecias por ser tan humano como tu. Por su incapacidad de poderte chingar a ti, como te lo estas chingando tu a él.

miércoles, junio 4